La importancia de examinar los niveles de iluminación en los centros de trabajo

Para examinar los niveles de iluminación en un centro de trabajo, es importante realizar evaluaciones periódicas utilizando herramientas adecuadas, como luxómetros o medidores de luminancia. Estas evaluaciones pueden ayudar a identificar áreas con iluminación deficiente y tomar las medidas necesarias para mejorarla, como agregar más luces, limpiar las luminarias existentes, o instalar lámparas más brillantes o de mejor calidad. Además, es importante tener en cuenta la iluminación natural disponible y aprovecharla al máximo mediante el diseño adecuado de ventanas y la distribución de espacios de trabajo.

La incorrecta iluminación no sólo afecta a nuestra visión y puede perjudicar en nuestro trabajo, sino también a nuestro estado de ánimo. Por ello, debemos tener en cuenta los riesgos a los que se exponen los trabajadores por una mala o deficiente iluminación; así como las medidas preventivas de iluminación que deben primar en nuestro trabajo.

Una correcta iluminación es esencial para ver, sin dificultades, las tareas que se realizan en el puesto de trabajo y, también, en las zonas de paso, las vías de circulación, las escaleras o los pasillos. Si la iluminación es deficiente, aumenta la posibilidad de que los trabajadores cometan fallos y como consecuencia puedan producirse accidentes. Y no sólo eso, también provoca fatiga visual que deriva en otros problemas como dolor de cabeza, cansancio, irritabilidad, mal humor.

Examinar y mantener niveles adecuados de iluminación en los centros de trabajo es crucial por varias razones:

Seguridad: La iluminación inadecuada puede aumentar el riesgo de accidentes laborales, como resbalones, tropiezos, caídas y choques con objetos. Una iluminación insuficiente puede hacer que sea difícil ver obstáculos, escalones u otros peligros potenciales en el lugar de trabajo.

Productividad: La iluminación adecuada es esencial para mantener altos niveles de productividad. Una iluminación insuficiente puede dificultar la ejecución de tareas con precisión y eficiencia, lo que puede afectar negativamente la calidad del trabajo y el rendimiento general de los empleados.

Salud visual: La exposición prolongada a niveles bajos de iluminación puede provocar fatiga visual, dolores de cabeza, tensión ocular y otros problemas de salud relacionados con la vista. Mantener niveles adecuados de iluminación puede ayudar a prevenir estos efectos adversos en la salud visual de los trabajadores.

Bienestar general: La iluminación deficiente puede afectar el estado de ánimo y el bienestar general de los trabajadores. La luz natural y una iluminación adecuada pueden mejorar el estado de ánimo, reducir el estrés y aumentar el nivel de confort en el lugar de trabajo.

Cumplimiento normativo: En muchos lugares, existen regulaciones y normativas que establecen requisitos mínimos de iluminación en los centros de trabajo. Cumplir con estas normativas no solo garantiza la seguridad y salud de los trabajadores, sino que también evita posibles sanciones legales y problemas regulatorios para la empresa.

Equipo de protección personal ¿Cómo identificar lo que necesito?

Identificar el equipo de protección personal (EPP) necesario para tu trabajo implica evaluar los riesgos específicos a los que te enfrentas en tu entorno laboral, algunos ejemplos comunes de EPP incluye cascos, gafas de seguridad, protectores auditivos, guantes, calzado de seguridad, arneses de seguridad para trabajos en altura, respiradores, trajes de protección química, entre otros. Recuerda que el EPP debe seleccionarse específicamente para abordar los riesgos identificados en tu lugar de trabajo y que su uso adecuado es fundamental para garantizar la seguridad y salud de los trabajadores.

El equipo de protección personal (PPE) es un tipo de ropa o equipo diseñado para reducir la exposición de los empleados a peligros químicos, biológicos y físicos cuando se encuentran en un lugar de trabajo. Se utiliza para proteger a los empleados cuando los controles de ingeniería y administrativos no son factibles para reducir los riesgos a niveles aceptables.

Aquí hay algunos pasos para ayudarte a identificar el EPP necesario:

Realiza una evaluación de riesgos: Haz una evaluación exhaustiva de los riesgos presentes en tu lugar de trabajo. Esto puede incluir riesgos físicos, químicos, biológicos, ergonómicos y de seguridad. Identifica todas las posibles fuentes de peligro y los posibles efectos en la salud y seguridad de los trabajadores.

Consulta las regulaciones: Investiga las normativas y regulaciones aplicables a tu industria y tipo de trabajo. Estas regulaciones pueden especificar los requisitos mínimos de EPP necesarios para proteger a los trabajadores en determinadas situaciones.

Consulta a profesionales de seguridad: Habla con expertos en seguridad y salud laboral, como profesionales de seguridad en el trabajo o consultores en salud ocupacional. Ellos pueden proporcionarte orientación sobre los tipos de EPP necesarios para abordar los riesgos específicos de tu lugar de trabajo.

Revisa las recomendaciones del fabricante: Si estás utilizando equipos o maquinaria específicos, revisa las recomendaciones del fabricante sobre el EPP necesario para operar de manera segura.

Considera las necesidades individuales: Ten en cuenta las necesidades individuales de los trabajadores, como alergias, condiciones médicas preexistentes o discapacidades. Es importante seleccionar EPP que se adapte adecuadamente a cada trabajador y que no cause molestias ni interferencias en el desempeño de sus tareas.

Capacita al personal: Proporciona capacitación adecuada sobre el uso y cuidado del EPP seleccionado. Asegúrate de que los trabajadores comprendan la importancia de utilizar correctamente el equipo y estén familiarizados con los procedimientos de mantenimiento y limpieza.

¿Cómo saber qué normas aplican en nuestro centro de trabajo?

Las normas oficiales mexicanas que le aplican a un centro de trabajo dependerán de las actividades, procesos, maquinaria, equipo y sustancias que se manejan, y de conformidad con el campo de aplicación que indique cada norma, las normas laborales son un conjunto de reglas y regulaciones que gobiernan las relaciones entre empleadores y empleados. Estas normas establecen los derechos y responsabilidades de ambas partes, asegurando condiciones de trabajo justas y equitativas, cumplir con estas leyes y regulaciones no solo ayudará a evitar multas y sanciones, sino que también mejorará el ambiente laboral y la satisfacción de los empleados. 

Para determinar qué normas y regulaciones específicas aplican a tu centro de trabajo, puedes seguir estos pasos:

Investigación legal: Investiga las leyes y regulaciones pertinentes en tu país o región. Por lo general, estas regulaciones estarán relacionadas con la seguridad y salud laboral, medio ambiente, derechos laborales, y otros aspectos específicos de tu industria.

Consulta con autoridades competentes: Puedes comunicarte con las autoridades gubernamentales relevantes en tu país o región, como el Ministerio de Trabajo, el Ministerio de Salud, o agencias de seguridad laboral. Ellos pueden proporcionarte información sobre las regulaciones específicas que se aplican a tu tipo de negocio o industria.

Asociaciones y gremios: Algunas industrias tienen asociaciones o gremios que proporcionan orientación y recursos sobre las normativas aplicables. Puedes ponerte en contacto con estas organizaciones para obtener información específica sobre las regulaciones relacionadas con tu sector.

Consultores o expertos: En ocasiones, contratar a consultores o expertos en seguridad y salud laboral puede ser útil para evaluar las necesidades específicas de tu centro de trabajo y garantizar el cumplimiento de las normativas correspondientes.

Capacitación del personal: Es importante que el personal esté capacitado en las normativas aplicables a su trabajo. Esto puede incluir cursos de formación sobre seguridad y salud laboral, manejo de productos químicos, protección contra incendios, entre otros temas relevantes.

Actualización constante: Las leyes y regulaciones pueden cambiar con el tiempo, por lo que es importante mantenerse actualizado sobre cualquier cambio en las normativas que puedan afectar a tu centro de trabajo.}

Los trabajos en alturas y la accidentabilidad

Los trabajos en alturas presentan riesgos significativos para la seguridad de los trabajadores y pueden llevar a accidentes graves o incluso fatales si no se manejan correctamente. Para reducir la accidentabilidad en trabajos en alturas, es crucial implementar medidas de seguridad efectivas, como la capacitación adecuada del personal, el uso de equipos de protección personal y colectiva certificados y en buen estado, la evaluación y gestión de riesgos, la supervisión continua, el cumplimiento de normativas y regulaciones de seguridad laboral, y la promoción de una cultura de seguridad en el lugar de trabajo. Además, es importante realizar inspecciones regulares de los equipos y llevar a cabo análisis de incidentes para identificar áreas de mejora en los procedimientos de trabajo.

El trabajo en altura sigue siendo una de las principales causas de muerte y lesiones graves. Las causas más frecuentes son las caídas de tejados, de escaleras y de superficies frágiles. ‘Trabajo en altura’ es aquel que se realiza en cualquier lugar donde, si no se han adoptado las precauciones necesarias, una persona puede caer desde una altura que puede provocar lesiones (una caída a través de un tejado frágil, por un foso de ascensor sin protección, por el hueco de una escalera, etc.).

Los factores que contribuyen a la accidentabilidad en trabajos en alturas incluyen:

Caídas: La principal causa de accidentes en trabajos en alturas son las caídas. Estas pueden ocurrir debido a resbalones, tropiezos, fallos en el equipo de protección contra caídas o simplemente por pérdida de equilibrio.

Falta de capacitación: Los trabajadores pueden no estar adecuadamente capacitados en el uso de equipos de seguridad, técnicas de trabajo seguro en alturas, identificación de riesgos y procedimientos de rescate en caso de emergencia.

Condiciones climáticas: Las condiciones climáticas adversas como viento fuerte, lluvia o nieve pueden aumentar el riesgo de accidentes en trabajos en alturas al comprometer la estabilidad del trabajador o del equipo.

Fallas en el equipo: El uso de equipos defectuosos o mal mantenidos, como arneses, líneas de vida o escaleras, puede aumentar significativamente el riesgo de accidentes.

Fatiga: La fatiga puede reducir la concentración y la capacidad de respuesta del trabajador, aumentando así el riesgo de cometer errores que puedan llevar a accidentes en alturas.

Falta de supervisión: La falta de supervisión adecuada en los lugares de trabajo en alturas puede llevar a prácticas inseguras o a la omisión de procedimientos de seguridad por parte de los trabajadores.

Las sustancias químicas en nuestras vidas

Las sustancias químicas juegan un papel fundamental en nuestras vidas, ya que están presentes en casi todos los aspectos de la sociedad moderna. Desde los alimentos que consumimos hasta los materiales que utilizamos en nuestra vida diaria, las sustancias químicas desempeñan un papel crucial, aunque las sustancias químicas son indispensables en muchos aspectos de nuestra vida moderna, también es importante tener en cuenta su impacto en el medio ambiente y en la salud humana. El uso responsable y la gestión adecuada de las sustancias químicas son cruciales para minimizar los riesgos y maximizar los beneficios que aportan a nuestra sociedad.

Alimentación: Las sustancias químicas se utilizan en la producción de alimentos, desde fertilizantes y pesticidas hasta aditivos y conservantes. También son responsables de los sabores y aromas que disfrutamos en nuestros alimentos.

Medicina: En el campo de la medicina, las sustancias químicas se utilizan en la fabricación de medicamentos y productos farmacéuticos. Desde analgésicos simples hasta tratamientos complejos para enfermedades crónicas, las sustancias químicas desempeñan un papel vital en la atención médica moderna.

Industria: Las sustancias químicas son fundamentales en numerosos procesos industriales, desde la fabricación de plásticos y productos químicos hasta la producción de materiales de construcción y textiles. Además, las sustancias químicas se utilizan en la purificación del agua y el tratamiento de aguas residuales.

Energía: En la producción de energía, las sustancias químicas se utilizan en la generación de electricidad, ya sea a través de combustibles fósiles o de fuentes de energía renovable como la solar y la eólica. También son importantes en la fabricación de baterías y dispositivos de almacenamiento de energía.

Higiene y limpieza: Los productos de limpieza y de higiene personal contienen una variedad de sustancias químicas diseñadas para eliminar gérmenes, desinfectar superficies y mantener la higiene personal.

Transporte: En el sector del transporte, las sustancias químicas se utilizan en la fabricación de combustibles, lubricantes y materiales para la construcción de vehículos.

La electricidad y sus riesgos

La electricidad es una forma de energía ampliamente utilizada en la vida cotidiana y en entornos industriales, pero también conlleva diversos riesgos para la seguridad si no se maneja correctamente, para prevenir estos riesgos, es importante seguir prácticas seguras de trabajo con electricidad, como cortar la energía antes de trabajar en sistemas eléctricos, usar equipos de protección personal adecuados, inspeccionar regularmente los cables y equipos eléctricos en busca de daños o desgaste, y seguir procedimientos de trabajo seguros en entornos donde se maneje electricidad. Además, es esencial proporcionar capacitación adecuada sobre seguridad eléctrica a todos los trabajadores que puedan estar expuestos a riesgos eléctricos.

Electrocución: La electrocución es la principal causa de muerte relacionada con la electricidad. Ocurre cuando una corriente eléctrica pasa a través del cuerpo humano, lo que puede provocar daños graves e incluso la muerte. Los accidentes de electrocución pueden ocurrir debido al contacto directo con cables eléctricos, equipos o aparatos defectuosos, o debido a condiciones inseguras de trabajo con electricidad.

Quemaduras: Las quemaduras son otro riesgo significativo asociado con la electricidad. La corriente eléctrica puede causar quemaduras térmicas en la piel donde entra en contacto con el cuerpo, así como quemaduras internas si la corriente atraviesa los tejidos del cuerpo. Además, las chispas o arcos eléctricos pueden provocar incendios, lo que aumenta el riesgo de quemaduras.

Lesiones musculoesqueléticas: Las descargas eléctricas pueden provocar contracciones musculares involuntarias que pueden hacer que una persona se caiga o se golpee contra objetos cercanos, lo que aumenta el riesgo de lesiones musculoesqueléticas, como fracturas óseas o lesiones en la columna vertebral.

Fuego y explosión: Los fallos eléctricos pueden generar chispas o arcos eléctricos que pueden encender materiales inflamables cercanos, provocando incendios o explosiones. Esto es especialmente relevante en entornos industriales donde se utilizan grandes cantidades de electricidad y materiales inflamables.

Daños a equipos y propiedades: Los cortocircuitos eléctricos y otras fallas pueden dañar equipos eléctricos y electrónicos, así como causar daños a la propiedad debido a incendios, explosiones o sobretensiones.

Diferencia entre riesgo y peligro

Es normal que cuando se tiene una conversación en temas de Seguridad y Salud en el Trabajo, los términos peligro y riesgo se intercambian constantemente, porque los dos términos nos representan algo que puede afectar o causar daño a la salud, la diferencia entre riesgo y peligro es fundamental en la gestión de la seguridad y la prevención de accidentes, el peligro es la condición o situación potencialmente dañina, mientras que el riesgo es la medida de la probabilidad y gravedad del daño que puede ocurrir como resultado de la exposición a ese peligro. La gestión de la seguridad se centra en identificar y controlar tanto los peligros como los riesgos asociados para prevenir accidentes y proteger la salud y el bienestar de las personas, la diferencia entre peligro y riesgo radica en que el peligro es aquello que puede causar un daño, y riesgo es lo que puede ocurrir durante la interacción o exposición al peligro.

Peligro:

  • Se refiere a una situación, sustancia, objeto o circunstancia que tiene el potencial intrínseco de causar daño, lesiones, enfermedades o pérdidas.
  • Los peligros pueden ser físicos, químicos, biológicos, ergonómicos o psicosociales.
  • Ejemplos de peligros incluyen sustancias inflamables, objetos punzantes, maquinaria en funcionamiento, productos químicos tóxicos, entre otros.
  • Los peligros existen independientemente de si hay personas expuestas a ellos o no.

Riesgo:

  • Se refiere a la probabilidad de que ocurra un daño, lesión, enfermedad o pérdida como resultado de la exposición a un peligro.
  • El riesgo es una combinación de la probabilidad de que ocurra un evento no deseado y la gravedad del daño que podría resultar.
  • El riesgo se evalúa considerando factores como la exposición al peligro, la frecuencia de exposición, la gravedad potencial del daño y las medidas de control existentes.
  • A menudo, se utiliza una matriz de riesgos para evaluar y clasificar los riesgos según su probabilidad y gravedad.

Diferencia entre mantenimiento y recarga de extintores

El mantenimiento y la recarga de extintores son dos procesos relacionados pero distintos en cuanto al cuidado y funcionamiento de estos dispositivos de seguridad contra incendios, mientras que el mantenimiento se refiere a las inspecciones regulares y actividades de servicio para garantizar el buen funcionamiento del extintor, la recarga se centra específicamente en rellenar el agente extintor cuando es necesario. Ambos son esenciales para garantizar que los extintores estén listos y operativos en caso de un fuego, son dos actividades indispensables para mantener un ambiente precavido frente a posibles incidentes que comprometan la seguridad de la empresa y de sus colaboradores.

Mantenimiento de extintores:

El mantenimiento de extintores se refiere a las inspecciones periódicas y actividades de servicio destinadas a garantizar que el extintor esté en condiciones óptimas para su uso en caso de emergencia.

El mantenimiento implica verificar regularmente la presión del extintor, inspeccionar visualmente el estado del dispositivo y sus componentes, así como realizar pruebas de funcionamiento.

Estas actividades de mantenimiento generalmente se realizan de acuerdo con los estándares y regulaciones locales o nacionales, que pueden especificar la frecuencia y los procedimientos exactos para el mantenimiento de los extintores.

Recarga de extintores:

La recarga de extintores implica rellenar o reemplazar el agente extintor dentro del dispositivo después de que haya sido utilizado o cuando ha pasado cierto tiempo desde su última recarga.

Cuando un extintor se utiliza, incluso parcialmente, o cuando ha transcurrido un período específico desde su última recarga, es necesario recargarlo para asegurar que esté listo para su uso en una emergencia.

La recarga implica vaciar el extintor, inspeccionar y realizar pruebas en sus componentes internos, rellenar el agente extintor según las especificaciones del fabricante y volver a presurizar el dispositivo si es necesario.

Este proceso generalmente debe ser realizado por personal capacitado y certificado en instalaciones designadas para tal fin, ya que implica manipulación de agentes extintores y asegurar que el dispositivo esté en condiciones óptimas.imiento se refiere a las inspecciones regulares y actividades de servicio para garantizar el buen funcionamiento del extintor, la recarga se centra específicamente en rellenar el agente extintor cuando es necesario. Ambos son esenciales para garantizar que los extintores estén listos y operativos en caso de incendio, son dos actividades indispensables para mantener un ambiente precavido frente a posibles incidentes que comprometan la seguridad de la empresa y de sus colaboradores.

Instalación de extintores y mantenimiento

La instalación de extintores y su mantenimiento son aspectos críticos para garantizar la seguridad contra incendios en cualquier lugar, un extintor es imprescindible para poder estar protegidos frente a una situación de emergencia como es un incendio.

Recuerda que la seguridad contra incendios es fundamental, y un mantenimiento adecuado de los extintores puede marcar la diferencia en caso de emergencia. Siempre es recomendable contar con la asesoría de profesionales capacitados en la instalación y mantenimiento de extintores. Pero, ¿Cómo debemos realizar el mantenimiento de extintores, y cuándo debemos de hacerlo?

Instalación de Extintores:

Determina las necesidades:

  • Evalúa el tipo de edificio, su tamaño y el riesgo de incendio.
  • Consulta las normativas locales y nacionales sobre instalación de extintores para asegurarte de cumplir con los requisitos legales.

Selecciona los tipos de extintores adecuados:

  • Considera los diferentes tipos de fuego que podrían ocurrir (clase A, B, C, D, etc.).
  • Elige extintores que sean apropiados para los riesgos específicos presentes en el área.

Determina la ubicación adecuada:

  •  Coloca los extintores en lugares estratégicos y accesibles.
  • Sigue las pautas de distancia máxima que deben existir entre un extintor y cualquier punto dentro del área protegida.

Instalación física:

  • Fija los soportes de montaje en la pared o en estructuras apropiadas.
  • Coloca los extintores en los soportes siguiendo las instrucciones del fabricante.

Señalización:

  • Asegúrate de que cada extintor esté claramente señalizado con letreros que indiquen el tipo de fuego que puede extinguir.

Mantenimiento de Extintores:

Inspección regular:

  • Realiza inspecciones visuales periódicas para asegurarte de que los extintores estén en su lugar designado y no presenten daños evidentes.

Pruebas de presión:

  • Programa pruebas de presión anuales para los extintores de polvo químico seco y cada cinco años para los extintores de agua, espuma y dióxido de carbono.

Recarga o reemplazo:

  • Recarga los extintores después de cada uso o según lo indiquen las inspecciones y pruebas.
  •  Reemplaza los extintores que estén dañados o que no puedan ser recargados adecuadamente.

Registro de mantenimiento:

  •  Lleva un registro detallado de todas las inspecciones, pruebas, recargas y reparaciones realizadas en cada extintor.

Entrenamiento del personal:

  • Capacita al personal para que sepa cómo usar los extintores de manera segura y efectiva en caso de un incendio.

Cumplimiento normativo: Asegúrate de cumplir con todas las regulaciones y normativas locales en cuanto a la instalación y mantenimiento de extintores.

Tipos de Extintores

En México, como en muchas partes del mundo, se utilizan distintos tipos de extintores para diferentes clasificaciones de fuegos, los extintores en México como en otros países, están etiquetados con un código de colores y una letra que indica el tipo de fuego que puede extinguir, las letras y códigos son los estándares internacionales.

Es fundamental tener muy presente que la selección del extintor adecuado dependerá del tipo de fuego que se tiene que extinguir, por lo tanto, es importante recibir capacitaciones sobre el uso correcto de los tipos de extintores y poder entender qué tipos de fuegos se pueden contener. Un dato muy importante es que los extintores sean inspeccionados regularmente y recargados según sea necesario, esto con el fin de garantizar su eficacia en caso de una emergencia.

Como lo hemos mencionado, los extintores funcionan como mecanismos que intervienen en tratar de apagar un fuego que se encuentre en diferentes etapas. Los más utilizados funcionan a partir de agua, polvo químico seco y dióxido de carbono, a continuación, veremos una explicación con mayor detalle cada uno de ellos:

  1. Clase A (Materiales sólidos): Estos extintores son efectivos en incendios de materiales sólidos como madera, papel y tela. Contienen agua o polvo químico seco y apaciguará el fuego.
  2. Clase B (Líquidos inflamables): Estos extintores son ideales para incendios que involucran líquidos inflamables como aceites, gasolina y pinturas. Suelen contener espuma o polvo químico seco para sofocar las llamas.
  3. Clase C (Equipos eléctricos): Diseñados para incendios que involucran equipos eléctricos en carga, como cables y dispositivos electrónicos. Contienen polvo químico seco que no conduce electricidad.
  4. Clase D (Metales combustibles): Para fuegos que implican metales combustibles como magnesio, titanio y sodio. Estos extintores utilizan polvo específico para apagar este tipo de fuegos.
  5. Clase K (Aceites y grasas): Utilizados en cocinas comerciales y hogares para incendios de aceites y grasas de cocina. Contienen agente químico especializado para extinguir fuegos ocasionados por grasa caliente.
  6. Extintores de CO2: Apropiados para fuegos de clases B y C. El CO2 sofoca el fuego al privar al fuego de oxígeno.
  7. Extintores de agua con aditivo: Combinan el agua con un agente emulsionante que ayuda a enfriar y eliminar el calor más efectivamente.
  8. Extintores de agua pulverizada: Utilizan un rociado fino para enfriar y apagar el fuego en clases A y F.
  9. Extintores de polvo químico seco: Son versátiles y efectivos en incendios de clases A, B y C. Utilizan polvo químico para sofocar el fuego.
  10. Extintores de espuma: Eficaces contra fuegos de clase A y B, forman una barrera que corta el suministro de oxígeno al fuego.
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